Bruselas está implantando mejoras y aumento del tráfico de alta velocidad para convertir el ferrocarril en un medio de transporte que sea capaz de competir con el coche y el avión. 

A día de hoy, todavía existen conexiones de tren nocturnas entre capitales europeas, como es la línea que conecta Viena con Roma. En este tipo de viajes encontramos diferentes tipos de viajeros dispuestos a hacer este largo trayecto: aquellos que no tienen prisa, como los jubilados, que encuentran el traqueteo del tren nostálgico a otros tiempos y que agradecen el espacio y la movilidad de estos. También, podemos encontrar viajeros que se sienten seducidos por el bajo precio de los billetes, viajeros que desean experimentar el romántico viaje en tren y un viaje tranquilo o aquellos con conciencia ecológica. 

El ferrocarril es un medio de transporte el cual podemos afirmar que es mucho menos contaminante que los de carretera o el avión. El tráfico ferroviario tan sólo generó el 0,4 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en el terreno comunitario europeo, frente al 71,8% de los viajes por carretera, el 13,2% de la aviación civil y el 14,1% del transporte marítimo, siendo estos datos del 2018.

La lucha contra el cambio climático está impulsando la recuperación de los trenes nocturnos para los viajes de larga distancia. A la cabeza de este negocio se sitúan los Ferrocarriles Federales Austriacos, los cuales invierten 790 millones de euros en nuevos trenes nocturnos. Otras empresas ferroviarias como las estatales de Austria, Alemania, Francia y Suiza acordaron que cooperarán para unir antes del año 2025 a trece ciudades europeas mediante trenes nocturnos. 

La mayoría de los países que componen el centro y el este de Europa tienen la certeza de que los trenes nocturnos son una apuesta de futuro, con beneficios tanto económicos como sociales. Sin embargo, auque ya sabemos los beneficios que nos traerá el uso de este medio de transporte para nuestro día a día es la demanda de los ciudadanos, lo cual es clave para el éxito de los trenes nocturnos, pues no debemos olvidar que la mayor parte de la demanda de los ciudadanos está asociada a un transporte barato y rápido, pues vivimos en una sociedad en la que el tiempo es dinero. Es por esto por lo que se debe tomar en acción medidas que convenzan a la población de que, además de las ventajas medioambientales que se consiguen si toman esta opción, representan un modelo de alternativa socialmente deseable, cómoda y económica, para lo cual las subvenciones son necesarias.

Por consiguiente, se debe apelar a la cautela y apoyar que se realicen más estudios sobre este tema que no sólo lleguen a los políticos, sino a toda la sociedad en conjunto, para que sean conscientes y tengan la información necesaria para unirse a este nuevo plan para salvar el medioambiente. Por lo contrario, los trenes nocturnos recorrerán un viaje a ninguna parte y finalmente, se acabarán encaminado hacia el olvido.

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