La política de investigación y desarrollo tecnológico de la Unión Europea, también conocida como IDT, es una de las grandes políticas de la Unión. Esta política parte de la base de que invertir en investigación es invertir en el futuro de Europa, pues fortaleciendo bases como la científica de la industria, se garantiza la competitividad en el mundo tan globalizado en el que vivimos. Además, esta política ayudaría a solucionar algunos de nuestros principales retos sociales a través de la innovación. Al igual que en otras políticas, en esta, la Unión une fuerzas, ya que estimula la cooperación entre equipos de diferentes países, haciendo así mucho más fácil obtener descubrimientos revolucionarios. 

La primera vez que se habla de esta política es en el Acta Única Europea. El objetivo era que en todo el territorio de la Unión, hubiese una libre circulación de conocimientos, tanto científicos como tecnológicos. Más adelante, en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, se establece en el artículo 179 que “la Unión tendrá por objetivo fortalecer sus bases científicas y tecnológicas mediante la realización de un espacio europeo de investigación en el que los investigadores, los conocimientos científicos y las tecnologías circulen libremente”. 

Esta política tiene más de un resultado, pero como el principal, serían los programas marco de investigación, documentos por los cuales se establecen los objetivos a conseguir durante un determinado periodo de tiempo y las actuaciones para el logro de esos objetivos. El primero se estableció en 1983 y ha habido varios desde entonces, pues con el tiempo los objetivos iban evolucionando. Luego llegó el octavo programa marco, llamado Horizonte 2020, con un presupuesto de casi 80.000 millones de euros, fue el programa marco más ambicioso hasta que llegó su sucesor, Horizonte Europa. Horizonte Europa es el programa marco actual, que tiene un presupuesto de más de 95.000 millones de euros, Horizonte Europa es para el período 2021-2027.